Reutilizar el aceite de freír puede resultar peligroso para el cerebro

¿Puede tener consecuencias algo tan habitual como reutilizar el aceite de freír? ¿Alguna vez te has preguntado cuántas veces puedes reutilizar el aceite para freír antes de que se convierta en un problema? Lo cierto es que este tema está relacionado con algunas de las cuestiones que ya hemos tratado en nuestro blog en más de una ocasión, como la acrilamida de las patatas, o los peligros de la misma para la salud.

Reutilizar el aceite de freír: una cuestión demasiado habitual en España

 

Seguro que si preguntaras en diferentes casas, obtendrías respuestas variadas. Sin embargo, la realidad es que en España, es común guardar el aceite usado en jarras para darle una segunda vida. Aunque cada vez se cuida más, resulta incluso habitual en restaurantes y puestos de comida rápida.

El aumento constante del precio del aceite de oliva y de girasol ha hecho que reutilizarlo sea una opción económica para muchos. Sin embargo, ¿sabías que recalentar este «oro líquido» puede ser peligroso para tu salud? Un nuevo estudio ha revelado que consumir aceite de cocina recalentado podría causar daño cerebral, entre otras afecciones crónicas.

Estudios relacionados con reutilizar el aceite de freír

Anteriormente, se había asociado el consumo de alimentos fritos con enfermedades cardíacas, ciertos tipos de cáncer y depresión. Pero este nuevo estudio, que será publicado en la revista Journal of Biological Chemistry, va más allá y advierte sobre los riesgos para la salud de reutilizar el aceite de freír recalentados, especialmente en lo que respecta al cerebro.

Los investigadores encontraron que al abusar de reutilizar el aceite de freír, ese consumo de aceites recalentados está vinculado al estrés oxidativo y la inflamación, dos factores de riesgo para enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

¿Cómo es posible? Durante sus experimentos con ratas, descubrieron que aquellas alimentadas con aceites recalentados mostraban niveles más altos de neurodegeneración en comparación con las que consumían una dieta estándar.

Además, se observó que las dietas que incluían aceites recalentados causaban daños en el hígado y el colon, así como un aumento de los niveles de colesterol y marcadores inflamatorios. Todo esto se traduce en un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, trastornos metabólicos y neurodegenerativos.

Qué podemos hacer para evitar los riesgos asociados al consumo de aceites recalentados

Entonces, ¿cómo puedes protegerte? Optar por aceites ricos en grasas poliinsaturadas y evitar recalentarlos varias veces a altas temperaturas puede ser una buena medida preventiva. Además, seguir una dieta rica en antioxidantes y fibra, como la mediterránea o la MIND, puede ayudar a proteger tu cerebro.

En resumen, aunque este estudio se realizó en ratas, sus hallazgos nos hacen reflexionar sobre las decisiones que tomamos en nuestra alimentación. Así que la próxima vez que pienses en reutilizar ese aceite para freír, considera los posibles riesgos para tu salud, ya que es lo más importante.

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